El viaje, fenomenal. El guía, muy simpático, sabiendo manejarse en una barca con españoles, franceses y portugueses. Lo pasamos fenomenal, y nos ofrecieron muchas opciones para ver a pie, tras el paseo en barca. Sin embargo, nos costó mucho saber dónde había que estar. Lo reservamos por internet, y no decía ni dónde ni a qué hora había que estar. Cuando llegas allí, todo es bastante obvio, pero si no has estado nunca, ni sabes cómo funciona, el hecho de que no aparezca el punto en el que hay que estar, ni la hora, estresa bastante. Llegamos 10 minutos antes de la reserva (11:50) y cuál fue nuestra sorpresa, que nos mandaron al final de la cola, con toda la gente que acababa de comprar los billetes ahí. Total, que a las 12, nada. Tuvimos que esperar 40 minutos. Teníamos reserva en un restaurante a las 13:30 (se suponía que teníamos 45 minutos de margen) y llegamos de chiripa. No sé para qué sirve hacer una reserva, si luego nos mandan ponernos en la misma cola que la gente que acaba de comprar los tickets. Por cierto, la señora que nos atendió fue bastante borde.