La hostería es una vieja construcción de madera, medianamente mantenida con un entorno paisajista o agradable. Sobre la ruta y a poca distancia del lago Moquehue. Fuimos a almorzar un día feriado de fin de semana largo ya que era el el único lugar para almorzar en Moquehue ya que los otros lugares disponibles estaban cerrados y nos encontramos con un lugar realmente desagradable. Para empezar solo nos dijeron que tenían canelones de verduras para ofrecer como único plato. A falta de otras opciones aceptamos pensando que al tratarse del plato del día nos encontraríamos con algo fresco y suculento. La mujer que nos atendió lo hizo de muy mala gana y no supo ofrecernos las bebidas, Con tirabuzón terminamos logrando que nos trajera agua y una bebida saborizada. Los canelones llegaron 1 hora más tarde después de haber hecho el pedido y estaban calentes en la superficie pero congelados en el centro (no eran frescos, ni recién hechos). Demoraron otros 30 minutos en recalentarlos al microondas. Trajeron un miserable porción de queso rallado para 3 personas, y cuando les pedimos la clave del wifi dijeron que no la sabían. El lugar es desagradable por donde se lo mire. Anticuado, ordinario y de muy mal gusto. Evitarlo de ser posible. Hay lugares mucho más presentables a pocos kilómetros. Deberían clausurar lugares así ya que dan muy mala presentación a la industria del turismo. Falta control del estado y de los entes turísticos. Lugares así, van en detrimento de la actividad hotelera y gastronómica que puja por posicionar a Neuquén en la industria turística. Una pena!…
Puedes apreciarla desde dos miradores o desde la misma plaza sin costo alguno. Me encanta esta ciudad pues así esté lloviendo no tienes frío 😅 el clima es buenazo, comes rico en el mercado... Recomiendo el caldo de gallina de corral, no tiene igual😋😋
Hostería antigua, cálida, atendida por su dueña Sonia, comida casera, riquísima. Rodeada de mucha naturaleza, sobre la ruta. Me hospede en una cabaña, dentro del bosque, cerca del lago. Cabaña con todos los servicios, cómoda, con caldera.
El predio donde se encuentra la hostería es magnífico,con árboles añosos y un parque bien cuidado.El edificio es antiguo,pero agradable.En las habitaciones habría que cambiar algunas cosas,por ejemplo,los elásticos de las camas que todavía son de alambre tejido.Por ello.a pesar de los colchones nuevos, no son todo lo cómodas que debieran. En un ambiente natural,fuera de lo común por su belleza esta hostería tiene la fortuna de estar cerca del Lago Moquehue que es hermosísimo.En mi concepto el entorno es paradisíaco;pero,con respecto a la atención personal,falta calidez .Por otro lado,el desayuno puede ser eliminado de los servicios ofrecidos,O bien...,mejorado ya que tienen todo lo necesario para hacerlo..
es un edificio de madera, muy bien conservado con una buena ubicación que da vista al lago Moquehue. El entorno es de araucarias y los alrededores poseen muchas alternativas interesantes. Sonia, la propietaria es muy agradable.
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